miércoles, 5 de mayo de 2010

Llamada de atención (por teléfono, claro)

El arte de la censura, si es que se puede calificar con este sustantivo aún, ha cambiado mucho en los últimos tiempos. El último vídeo de la cantante revelación Lady Gaga junto con Beyonce, "Telephone" (pulsa aquí para verlo on-line en la versión explícita) ha sido catalogado como el caso de censura más relevante de los últimos meses (publicado en marzo de este año). Hay que pensar que la música es ante todo un negocio y ya no se hacen los mismos videos que hace diez años.

La MTV sabe para quien se está emitiendo su programación, pero también sabe que Gaga está en la élite de la industria musical, con más de diez millones de álbumes vendidos por todo el mundo y seis singles fantásticos a sus espaldas. Los videoclips son como pequeños anuncios donde el artista se promociona y si a la gente le gusta, lo difunde por Internet, especialmente a través de las redes sociales como Facebook, Tuenti o las específicas de música.


En este single de nueve minutos, calificado por muchos como "socialmente irresponsable", es el resultado de una mente creativa como la que tiene la cantante que siempre ha demostrado que puede romper con cualquier esquema. La cantante de R'n'B India Arie afirma que no es el hecho del desnudo en sus videos lo que provoca al público sino el de que se utilice como utensilio de éxito, al igual que su moda, su estilo y su look que derrocha excentricidad.

Tres días antes del estreno del vídeo, este ya tenía 18 millones de visitas en todo el mundo. Según información errónea de la CNN, MTV había prohibido la emisión del vídeo por su alto contenido sexual y violento. Este vídeo sale a la luz para acrecentar el éxito que está teniendo The fame monster. Se ha llegado a comparar este vídeo incluso con Thriller o incluso con Thelma y Louise.


Pero ¿tan malo es? Descubramos por fin de qué va. El vídeo comienza cuando dos chicas en ropa interior que simulan ser guardas de la Prision of bitches encierran y desvisten a la cantante. Más tarde sale al patio de ejercicios donde el resto de las chicas están entrenando y besa a otra chica, si alguien se escandaliza con el beso y la acusa de lesbiana, se organiza una escena sexual entre chicas.

La cantante hace una llamada por teléfono y enseguida comienza una coreografía con Lady Gaga en ropa interior acompañada por otras chicas casi desnudas en los pasillos de la prisión. La artista es rescatada de prisión cuando Beyoncé paga la fianza y se van juntas en una furgoneta amarilla, insinuando un romance entre dos asesinas. Este vídeo no es más que una secuela de Videophone, en el que participó Gaga, la reina de los vestuarios peculiares y las polémicas actualizaciones.

La desnudez, la violencia, la homosexualidad, la transexualidad y el asesinato como puro divertimento hacen de este vídeo una diana perfecta para el censor, pues tiene como argumentos a su favor que no es apropiado ni para todos los horarios ni para todos los públicos, mientras tanto Gaga sigue insistiendo en el sentido oculto de todos sus vídeos y en que todo lo que introduce lo hace por algo.

Telephone actualmente tiene dos versiones, una corta y editada, que se transmitirá en los horarios juveniles, y la original sin censura que está planeada para un horario nocturno. Con escenas grotescas y estereotipadas, muy al estilo de Lady Gaga, el vídeo es una historia de dos asesinas, una de ellas muy mala, pero muy mala, como le dice Beyoncé a Lady Gaga y está cargado de sensualidad, tiene numerosos cambios de vestuarios y estridantes coreografías.




Otros dos casos de censura famosos de esta década son:

-Enrique Iglesias se masturba en un videoclip que llevaba censurado nueve años, desde 2000. En "Sad Eyes", mientras está mirando por la televisión a Cassidey, una estrella del porno que le anima a que le llame por teléfono en una línea erótica, se ve cómo el cantante se "desahoga".





Justo en el momento en el que Irak y EEUU comenzaban un conflicto bélico, Madonna ultimaba sus detalles en 2003 para su vídeo "American life" que generó mucha polémica y controversia ya que se posicionaba brutalmente en contra de la violencia con la fuerza agresiva con la que sabe expresarse la cantante.



lunes, 3 de mayo de 2010

A pleno pulmón

¿Alguna vez has participado en una manifestación? ¿Has sentido el fervor de estar reivindicando tus derechos a voces?

La manifestación es hoy en día la más pura representación de la libertad de expresión, de la libertad de opinión. Las masas perfectamente unidas y organizadas convocan actos multitudinarios para gente de todo tipo vía SMS o por Internet, a través de las redes sociales. Lo que se persigue, sobre todo, es conseguir una movilización social por una misma causa. Los que participan en ella, aunque se sientan parte de una colectividad, cada uno de ellos cree que ha formado su pensamiento, su ideología aunque tenga apenas dieciocho años y se vea por primera vez desnudo de ideas y rodeado de pancartas y megáfonos, proclamando libertades por todo lo alto.

Los que participan en las manifestaciones buscan ser noticia, como bien nos muestra la película Seattle Battle, donde podemos ver lo que realmente es una manifestación violenta y las nulas consecuencias que tienen casi siempre estos acontecimientos. Buscan ser la portada de los medios, revolucionar el mundo para hacer llegar su opinión a los que tienen la sartén cogida por el mango, a las élites mundiales que ni se atreven a quejarse de algo pues ante cualquier percance podrían perder el puesto al que han accedido casi seguro, imitando las técnicas Lewinsky.




Se nota que nos hallamos en la sociedad de la información en la que si no decimos a los cuatro vientos nuestra opinión sobre el tema más candente del debate, no se nos tiene en cuenta. Las manifestaciones suelen ser actos muy pasionales, es realmente emocionante como miles de ciudadanos pueden unirse pacíficamente y luchar contra las injusticias.

Protestar, protestar, protestar y protestar, el señorito satisfecho del que nos habla el filósofo español Ortega y Gasset en "La rebelión de las masas"(pulsa sobre el enlace para acceder a la obra completa en línea) nunca está contento y es que la sociedad de la información ha cometido un error: le ha dado voz y voto, ha puesto el fuego en su poder, el caramelo en la boca y el arma más poderosa en la mano.

Las manifestaciones son fenómenos relativamente recientes, seguro que no nos imaginamos al homo erectus acompañado de su pequeña familia reclamando a voces el derecho a la caza legal. La libertad de expresión es una de las armas más antiguas del ser humano pero quizás es como la parte del cerebro masculino que no está dedicada a otra cosa que no sea sexo o alcohol, siempre ha estado ahí pero nunca se le ha dado la mínima utilidad.

A veces, muchas opiniones son acalladas por miedo o represión pero es curioso como cuando alguien da el paso y publica su opinión, de repente, esta persona se ve respaldada de inmediato por tal cantidad de gente que en ese momento se va el miedo y la represión; la masa se vuelve valiente precisamente porque es masa y el individuo por fin puede gritar a pleno pulmón lo que piensa porque sabe que el eco de su voz será socialmente aceptado.

El pueblo está intentando hacer posible otro mundo. La pregunta es ¿podemos cambiar el mundo? y si es así ¿es a través de manifestaciones la manera?

¡Feliz día de la libertad de expresión a todos! ¡Celebrémoslo llenando la blogsfera de comentarios!

domingo, 2 de mayo de 2010

Asiento o sitio

Un lejano 2 de octubre de hace dos años, recuerdo que me puse a divagar sobre mi futuro, sobre a qué es lo que me iba a dedicar en la vida, por qué camino continuaría y qué sería de mí. Quisiera rescatar esta entrada, recuperarla y compartirla con vosotros. A veces, cuando tienes una idea en la cabeza, aunque en la realidad no tenga mucho sentido, debes llevarla hasta al final, debes dejarte llevar por la intuición porque quién sabe, igual un día esa pequeña decisión que tomaste un día se convierte en la que determina tu vida.

Corría otra mañana más para estar segura de no llegar tarde, para aparentar no haberlo hecho nunca antes y sobre todo para poder tomarme mi cigarro matutino cinco minutos antes de entrar al infernal periódico en el que llevo seis meses ya. Eso para mí es como una vida entera.


Todos los días salgo a las cinco de casa porque a las siete la edición ya tiene que estar en la calle. Irrumpo en mi pequeña oficina sigilosamente y mis compañeros me sonríen con cara de sueño. ¿Cómo es esa cara? Indescriptible. La gente ya está corriendo de un lado para otro, me encanta poder haber dormido media hora más que ellos.

Miro a derecha y a izquierda y puedo adivinar que la mesa con la enorme pila de papeles es la mía, la del donuts y la de la taza de café, eso es vida y lo demás son tonterías. Noticia de última hora según mi jefe: "Muere tras cinco puñaladas un inmigrante de nacionalidad ecuatoriana en..." No sé si sería por el sueño común o por nuestra innata tranquilidad pero nadie parece inmutarse y todo el mundo vuelve inmediatamente a su trabajo sin que parezca importarle que haya una vida más en este mundo o una menos.

Adivino qué titular puedo utilizar para la noticia principal de la portada y sigo rebuscando entre mis papeles la razón para seguir en este antro del que un día me enamoré sin darme cuenta. Cuando miro atrás y pienso todo lo que me costó estar aquí. La gente grita, se agobia, pasa a toda velocidad como si la vida le fuera en ello. Yo me siento, me digo y me repito este es mi lugar porque como cada mañana consigo concentrarme en esta silla aunque esté muy lejos de mi casa y consigo plasmar en cada frase lo que quiero. Oigo la voz estridente de mi jefe sobre mi cabeza suena como el ruido de un cañón y en mi cara se refleja el miedo de las tropas. Edición cerrada. Otra vez he llegado a tiempo, este es mi sitio.
Por suerte, creo que por ahora he decidido bien, estoy en la Carlos III de Madrid haciendo el doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual y hasta donde sé, creo que por ahora no me he equivocado. Demasiada vocación ha superado tanta desmotivación existente en la profesión, eso es amor, sino ya hace tiempo que estaríamos todos en la facultad de jurídicas viviendo la vida.

Las fotos son de Google, si alguna es tuya y no quieres que sea utilizada sólo dímelo y la quitaré.

viernes, 30 de abril de 2010

La dura realidad

A raíz de la noticia que ha publicado hace días el periódicoEl País, en su edición digital, el pasado 21 de abril sobre el hiyab y su retirada de las escuelas, en concreto de un instituto de la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón, nos damos cuenta de que la prensa sólo entra en el debate de estos temas cuando aparece otro caso más, otro dato, otra cifra y entonces sí que se pasan días y más días tratando el caso, si no, ni ser una noticia de portada merece.

En ese momento las madres, cuando leen la noticia, aferran a sus hijas con mayor empeño y miran a los dos lados de la carretera antes de cruzar en vez de ir distraídas de un lado para otro, al menos durante una o dos semanas hasta que vuelve a aparecer otro caso. La prensa es así de efímera y sí, lo que se escribe en un papel, o toma en el mismo instante de la creación una relevancia grandiosa o se borra para siempre del mapa.

Los símbolos religiosos siempre han estado ahí, por todas partes, pertenecen a nuestra cultura, pero para que esto llegue a ser noticia tiene que haber cierto conflicto, dos opiniones contrapuestas (una detrás del velo que no nos deja ver nada y otra por fuera que no nos deja mirar detrás del velo).

De esta forma, no podemos ver como la niña ve detrás del velo, ni podemos ver a través de él para poder ponernos en su postura, la empatia se hace casi imposible. No estoy calificando el velo como un impedimento, sino como un elemento diferenciador (al que algunos llaman identificador o denotante cultural).

El ser humano es egoísta por naturaleza y por eso no va a mirar otro obligo que no sea el suyo, pero también, es solidario y si ve a una pobre chica invidente, se apiadará de ella e intentará curar su ceguera. La Iglesia ha dejado a tantas víctimas invidentes (debería dejar tanto eufemismo a parte) y no estoy hablando de litros y litros de ácido malgastados en disipar rostros invisibles sino en no dejar a los supuestos "fieles" mirar más allá de las páginas escritas por cuatro evangelistas.

He querido ilustrar este texto con un vídeo que recorre la recopilación de cuadros llamada "Violencia de género, Pakistán" que ha sido galardonada con el Primer premio de Fotopress ed. 2009 y que se podía visitar en CaixaForum(Madrid) hasta el 21 de febrero de este año. Es muy impactante, no es para quedarse indiferente, os recomiendo encarecidamente verlo. La realidad es dura pero al fin y al cabo, está ahí: