lunes, 3 de mayo de 2010

A pleno pulmón

¿Alguna vez has participado en una manifestación? ¿Has sentido el fervor de estar reivindicando tus derechos a voces?

La manifestación es hoy en día la más pura representación de la libertad de expresión, de la libertad de opinión. Las masas perfectamente unidas y organizadas convocan actos multitudinarios para gente de todo tipo vía SMS o por Internet, a través de las redes sociales. Lo que se persigue, sobre todo, es conseguir una movilización social por una misma causa. Los que participan en ella, aunque se sientan parte de una colectividad, cada uno de ellos cree que ha formado su pensamiento, su ideología aunque tenga apenas dieciocho años y se vea por primera vez desnudo de ideas y rodeado de pancartas y megáfonos, proclamando libertades por todo lo alto.

Los que participan en las manifestaciones buscan ser noticia, como bien nos muestra la película Seattle Battle, donde podemos ver lo que realmente es una manifestación violenta y las nulas consecuencias que tienen casi siempre estos acontecimientos. Buscan ser la portada de los medios, revolucionar el mundo para hacer llegar su opinión a los que tienen la sartén cogida por el mango, a las élites mundiales que ni se atreven a quejarse de algo pues ante cualquier percance podrían perder el puesto al que han accedido casi seguro, imitando las técnicas Lewinsky.




Se nota que nos hallamos en la sociedad de la información en la que si no decimos a los cuatro vientos nuestra opinión sobre el tema más candente del debate, no se nos tiene en cuenta. Las manifestaciones suelen ser actos muy pasionales, es realmente emocionante como miles de ciudadanos pueden unirse pacíficamente y luchar contra las injusticias.

Protestar, protestar, protestar y protestar, el señorito satisfecho del que nos habla el filósofo español Ortega y Gasset en "La rebelión de las masas"(pulsa sobre el enlace para acceder a la obra completa en línea) nunca está contento y es que la sociedad de la información ha cometido un error: le ha dado voz y voto, ha puesto el fuego en su poder, el caramelo en la boca y el arma más poderosa en la mano.

Las manifestaciones son fenómenos relativamente recientes, seguro que no nos imaginamos al homo erectus acompañado de su pequeña familia reclamando a voces el derecho a la caza legal. La libertad de expresión es una de las armas más antiguas del ser humano pero quizás es como la parte del cerebro masculino que no está dedicada a otra cosa que no sea sexo o alcohol, siempre ha estado ahí pero nunca se le ha dado la mínima utilidad.

A veces, muchas opiniones son acalladas por miedo o represión pero es curioso como cuando alguien da el paso y publica su opinión, de repente, esta persona se ve respaldada de inmediato por tal cantidad de gente que en ese momento se va el miedo y la represión; la masa se vuelve valiente precisamente porque es masa y el individuo por fin puede gritar a pleno pulmón lo que piensa porque sabe que el eco de su voz será socialmente aceptado.

El pueblo está intentando hacer posible otro mundo. La pregunta es ¿podemos cambiar el mundo? y si es así ¿es a través de manifestaciones la manera?

¡Feliz día de la libertad de expresión a todos! ¡Celebrémoslo llenando la blogsfera de comentarios!

2 comentarios:

La Gata Coqueta dijo...

Paso a dejarte mis huellas en este nuevo blog, también e crecido con tres hijos más y tengo en mente otro para que ya sean un total de cinco.

Deseo que sigas por este mundo animando y dejando todo aquello que te apetece acercarnos, sabes que te lo digo de corazón y con el corazón.

Un beso, una rosa al contemplarla te revolvería una sonrisa.

Marí

SHE dijo...

bravo bravooo, que bonita imágen y decorado, me encanta la evolución y ésta es una inteligente forma de mostrarla.

Te dejo mi abrazo y tenemos una conver pendiente estas de acuerdo?

( aquí en México, es horrible ir a la ciudad en días de manifestaciones, se crean unos bloqueos de transitos horribles ,lo malo de ellos que a veces los toman como sólo un pretexto para no ir a trabajar y sin importarles los resultados ni el objetivo de las mismas.

besitos

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